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En el corazón de Maracaibo, la fe se hizo palpable este Viernes Santo

Este Viernes Santo en Maracaibo no fue solo un día de recogimiento, sino una vívida expresión de la fe inquebrantable que reside en el corazón de su gente, una tradición que se transmite de generación en generación y que sigue llenando de esperanza las calles y los templos de la ciudad.

Desde la noche del Jueves Santo y extendiéndose hasta el mediodía de hoy, los maracaiberos se lanzaron a la tradicional peregrinación de los Siete Templos, una manifestación de profunda devoción y esperanza que llenó los recintos sagrados de la ciudad.

A pesar de la calma que envolvía las calles, las iglesias vibraban con la presencia de innumerables feligreses. Rostros iluminados por la fe buscaban el encuentro con el Santo Sepulcro en cada uno de los templos elegidos para su visita. La atmósfera era de recogimiento, pero también de una sentida conexión espiritual, donde las plegarias se elevaban cargadas de anhelos y agradecimiento.

Para aquellos que no pudieron unirse a la peregrinación nocturna, la mañana de este Viernes Santo ofreció una nueva oportunidad. Desde tempranas horas, familias y devotos se dirigieron a los templos, buscando la paz y la reflexión que emana de estos espacios sagrados.

Las puertas de emblemáticas iglesias como Santa Lucía, La Consolación, la Catedral, Santa Bárbara, la majestuosa Basílica, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y La Asunción se abrieron generosamente, acogiendo a los peregrinos en su recorrido de fe. Cada templo se convirtió en un punto de encuentro, un lugar para reafirmar creencias y compartir la devoción en comunidad.

Este Viernes Santo en Maracaibo no fue solo un día de recogimiento, sino una vívida expresión de la fe inquebrantable que reside en el corazón de su gente, una tradición que se transmite de generación en generación y que sigue llenando de esperanza las calles y los templos de la ciudad.

Texto y Fotos: Luis Molero.