Afganistán es un país especialmente vulnerable a los desastres naturales debido a la precariedad de su infraestructura, un sistema sanitario frágil y la falta de apoyo internacional, lo que agrava el impacto de este tipo de catástrofes.
Un terremoto de magnitud 6.0 sacudió el este de Afganistán en la noche del domingo 30 de agosto, dejando un saldo preliminar de más de 800 muertos y 2,500 heridos. Se espera que la cifra de víctimas aumente conforme los equipos de rescate logren acceder a las zonas más afectadas.
El sismo, con un epicentro a solo ocho kilómetros de profundidad, se ubicó a 27 kilómetros de Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el temblor principal fue seguido por al menos cinco réplicas de magnitud 5.2.
Videos e imágenes compartidas en redes sociales muestran la devastación causada por el terremoto, con edificios colapsados y personas huyendo en pánico. A pesar de la rápida movilización de equipos de emergencia, las labores de rescate se han visto dificultadas por los deslizamientos de tierra y la inaccesibilidad de las comunidades montañosas más remotas.
Afganistán es un país especialmente vulnerable a los desastres naturales debido a la precariedad de su infraestructura, un sistema sanitario frágil y la falta de apoyo internacional, lo que agrava el impacto de este tipo de catástrofes.
Con Información de RDN.
