El presidente venezolano Nicolás Maduro rechazó este fin de semana el despliegue de fuerzas militares estadounidenses en el Caribe, al que calificó como un intento de “buscar un cambio de régimen a través de la amenaza militar”.
La operación incluye ejercicios navales y aéreos con más de 4.500 marineros e infantes de marina, siete buques de guerra y un submarino nuclear de ataque rápido que se encuentran en la región o en tránsito. Parte de las maniobras se desarrollan desde el sur de Puerto Rico, con la participación de la 22.ª Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina en entrenamientos anfibios y operaciones de vuelo.
En declaraciones recientes, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, calificó a Maduro como “capo de un narcoestado”, lo que evidencia un endurecimiento del discurso de Washington hacia Caracas.
El tema tomó mayor relevancia tras el incidente en el que una lancha, señalada por autoridades estadounidenses como parte del grupo delictivo Tren de Aragua, fue atacada en aguas caribeñas. No obstante, el Pentágono no ha ofrecido detalles sobre qué sustancias transportaba la embarcación ni sobre la justificación legal de la acción.
Este panorama refleja un aumento de tensiones en la región, aunque sin precisiones oficiales sobre pasos inmediatos o eventuales consecuencias más allá de los ejercicios militares en curso.
Con información de Agencias