Concejal, Luis Cabrera.
El mejor regalo que podemos ofrecer en este cumpleaños no es un objeto material, sino un pacto colectivo para ser mejores ciudadanos.
Hoy, 8 de septiembre, el sol de nuestra amada Maracaibo brilla con un significado especial. No es solo un amanecer más, es el día en que celebramos 496 años de historia, de una identidad única y de un futuro que construimos juntos. En este camino que nos acerca a los 500 años, la mejor ofrenda que podemos darle a nuestra ciudad no se encuentra en un objeto, sino en un compromiso colectivo: ser mejores ciudadanos.
Como maracaiberos, llevamos en nuestra sangre la calidez de un sol que no solo ilumina, sino que también nos forja con una identidad única. Esa misma luz nos invita a ser guardianes de nuestra ciudad, a entender que cada acción, por pequeña que sea, tiene un impacto significativo en el colectivo. Desde mi perspectiva como concejal y como ingeniero, veo a Maracaibo como una gran estructura. Los puentes, las avenidas, las casas… todo es parte de un sistema interconectado. Pero la verdadera solidez de esta estructura no la dan el concreto y el acero, sino el respeto y la conciencia de cada uno de nosotros. Un ingeniero sabe que una obra no se termina al colocar el último ladrillo; su éxito depende del mantenimiento y del uso adecuado que se le dé. Y en Maracaibo, el mejor mantenimiento es la conducta cívica de su gente.
El mejor regalo que podemos ofrecer en este cumpleaños no es un objeto material, sino un pacto colectivo para ser mejores ciudadanos. Esto significa: Respetar los espacios públicos como si fueran nuestra propia casa, valorar la cultura y las tradiciones que nos definen, participar en la construcción de una ciudad más ordenada, cuidar el medio ambiente, desde nuestras calles hasta el imponente Lago de Maracaibo.
Que este aniversario sirva como un punto de inflexión y el orgullo de ser maracaibero se traduzca en acciones concretas que fortalezcan el tejido social de nuestra ciudad. El camino hacia los 500 años es una oportunidad para demostrar que el verdadero amor por Maracaibo se manifiesta en cada gesto de respeto y en cada acto de responsabilidad.
¡Feliz cumpleaños, Maracaibo! Que sigas brillando, no solo con tu sol, sino también con el compromiso de tus ciudadanos.
