La Batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. Aunque la guerra proseguiría hasta 1823 con la «Campaña de Occidente», el poder de los españoles en Venezuela quedó liquidado.
Hoy se conmemora una de las acciones militares más trascendentales en la historia de Venezuela: la Batalla de Carabobo. Librada en el Campo de Carabobo, actualmente en el estado Carabobo, este enfrentamiento entre el ejército patriota, liderado por Simón Bolívar, y las fuerzas realistas del Imperio español, resultó decisivo para la liberación de Caracas y sentó las bases de la independencia venezolana en el marco de las Guerras de Independencia Hispanoamericanas.
Antecedentes y Despliegue de Fuerzas
La contienda en Carabobo fue el desenlace de una serie de eventos cruciales. La rebelión de Rafael Riego en Andalucía en 1820 disolvió las tropas expedicionarias españolas destinadas a invadir el Río de la Plata y Venezuela, debilitando drásticamente la resistencia realista en estas regiones. El nuevo gobierno del Trienio Liberal en España intentó negociar la paz, pero el armisticio del 28 de abril de 1821 expiró sin acuerdos, llevando a ambos bandos a movilizar sus fuerzas.
Los realistas, debilitados y dispersos por deserciones, se encontraban en una posición desventajosa frente a las divisiones patriotas de la Gran Colombia, lideradas por Bolívar. Los grancolombianos, por su parte, necesitaban concentrar sus tropas para una batalla decisiva. El general republicano Mariano Montilla asediaba Cartagena de Indias y había ocupado Riohacha y Maracaibo, lo que precipitó el fin de la tregua. Bolívar comandaba 5.000 soldados en Barinas, con Páez marchando con 4.000 refuerzos, mientras Bermúdez avanzaba hacia Caracas con 2.000 hombres desde el Oriente. En contraste, La Torre disponía de 9.000 soldados distribuidos en guarniciones a lo largo de la costa, con comunicaciones interrumpidas.
La concentración patriota se llevó a cabo en San Carlos, donde confluyeron los ejércitos de Bolívar, parte del de Páez y la división del general Rafael Urdaneta, sumando más de 10.000 hombres. La Torre, por su parte, contaba con entre 5.000 y 6.300 efectivos. Una maniobra de distracción del ejército de Oriente, bajo el mando de José Francisco Bermúdez, sobre Caracas, La Guaira y los Valles de Aragua, obligó a La Torre a desviar parte de sus fuerzas, unos 1.000 combatientes, para asegurar su retaguardia.
El ejército de Bolívar avanzó de San Carlos a Tinaco, cubierto por la avanzada del coronel José Laurencio Silva. El 20 de junio, el ejército grancolombiano cruzó el río Tinaco y, el día 23, Bolívar pasó revista a sus tropas en la sabana de Taguanes.
Preparación del Ejército Realista
Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus fuerzas para cubrir el camino de San Carlos por el oeste y el de El Pao por el sur. La primera línea defensiva fue confiada a la Primera División, liderada por el teniente coronel Tomás García, con los batallones Valancey y Hostalrich, y dos piezas de artillería. La vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia del brigadier Francisco Tomás Morales, con los batallones ligero del Infante y ligero del Príncipe, y una reserva del segundo batallón del Burgos y cuatro regimientos de caballería.
Despliegue y Desarrollo de la Batalla
A primera hora del 24 de junio, Simón Bolívar, desde el cerro Buenavista, reconoció la posición realista y determinó que era inaccesible frontalmente y por el sur. En consecuencia, ordenó a las divisiones modificar su marcha por la derecha y dirigirse al flanco derecho realista, que estaba descubierto. Bolívar concibió una maniobra de flanqueo al ala izquierda enemiga, ejecutada por las divisiones de José Antonio Páez y Manuel Cedeño, mientras la división de Plaza avanzaba por el camino central.
Al percatarse La Torre de la maniobra, ordenó al batallón Burgos marchar al norte para ocupar la altura frente al Bravos de Apure, la vanguardia de la primera división patriota. El contraataque del Burgos fue tan violento que el Bravos de Apure tuvo que retroceder dos veces. Sin embargo, la situación cambió con la intervención del batallón Cazadores Británicos, que se enfrentó al Burgos y lo obligó a replegarse. En esta acción, el Batallón Británico mostró una gran valentía, soportando las cargas del ejército real y sufriendo la pérdida de su comandante Tomás Farriar y 17 de sus oficiales superiores, lo que permitió a los «Bravos de Apure», liderados por Páez, reorganizarse y contraatacar eficazmente.
Para detener el repliegue realista, La Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, que lograron sostener la línea por un breve tiempo. Sin embargo, el grueso de la caballería de la primera división patriota irrumpió por el norte de la sabana. La Torre ordenó a los Húsares de Fernando VII cargar contra la caballería rebelde, pero esta unidad se retiró tras disparar sus carabinas.
Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la caballería, los batallones realistas optaron por la retirada. Como último recurso, La Torre ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería grancolombiana, pero esta unidad desobedeció la orden y huyó. En la fase final de la batalla, el 1.º de Valancey formó cuadro y comenzó a retirarse, mientras los rebeldes iniciaban una tenaz persecución hasta Valencia y, posteriormente, hasta Puerto Cabello. De los 4.279 efectivos realistas, se registraron pérdidas de dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados.
Consecuencias y el fin de la guerra
La Batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. Aunque la guerra proseguiría hasta 1823 con la «Campaña de Occidente», el poder de los españoles en Venezuela quedó liquidado. Esto permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur, mientras sus subordinados finalizaban la lucha en Venezuela.
Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores. Cumaná fue tomada el 16 de octubre del mismo año. Francisco Tomás Morales logró refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), y pronto reunió más de 5.200 hombres, reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 3 de diciembre de 1822, respectivamente.
Tras las derrotas realistas en Cumarebo, en la batalla naval del Lago de Maracaibo del 24 de julio de 1823 y el asedio planteado por el general Páez en Puerto Cabello, la situación realista se hizo insostenible. Tuvieron que evacuar la plaza el 8 de noviembre de 1823, y dos días después, el castillo de San Felipe fue tomado, poniendo fin a la guerra de independencia en Venezuela después de más de trece años.
Agencias.