Junípero Serra falleció el 28 de agosto de 1784 en la Misión de San Carlos Borromeo (Monterrey, California), donde reposan sus restos.
Cada 1 de julio, Estados Unidos conmemora a San Junípero Serra, el fraile franciscano del siglo XVIII reconocido por liderar importantes misiones evangelizadoras en América del Norte, mucho antes de que el país se constituyera como lo conocemos hoy. A nivel global, su festividad se celebra el 21 de agosto.
San Junípero Serra es considerado uno de los grandes exploradores del continente y fue canonizado por el Papa Francisco en 2015.
Las Misiones y su legado civilizador
En el siglo XVIII, las «misiones» eran poblados fundados y organizados por órdenes religiosas europeas, impulsadas por un espíritu evangelizador en el Nuevo Mundo. Los evangelizadores, al observar las condiciones de vida de los nativos americanos, entendieron que el mensaje de Cristo debía ir acompañado de la transmisión de elementos de la civilización. De esta forma, el cristianismo contribuyó a elevar la calidad de vida de las poblaciones originarias. No es casualidad que muchas de las misiones fundadas por San Junípero se transformaron con el tiempo en pequeñas urbes y, posteriormente, en algunas de las grandes ciudades de la costa oeste de Estados Unidos.
Trayectoria de un misionero
Miguel José Serra Ferrer nació el 24 de noviembre de 1713 en Petra, Mallorca (España). A los 16 años, se hizo fraile franciscano y cambió su nombre a «Junípero».
En 1749, partió hacia el Virreinato de la Nueva España (México) con veinte misioneros franciscanos. Inicialmente, apoyó la labor evangelizadora desde el Colegio de Misioneros de San Fernando. Seis meses después, recibió la aprobación del Virrey para fundar una misión en Sierra Gorda, un territorio montañoso donde otros franciscanos habían fracasado. Fray Junípero permaneció allí durante nueve años.
Relevo de los Jesuitas y expansión en California
Tras la expulsión de todos los jesuitas de los dominios de la corona española en 1767 por decreto del rey Carlos III, las misiones jesuíticas en las «Californias» (del norte y del sur) quedaron abandonadas. En su lugar, dieciséis misioneros franciscanos, encabezados por Fray Junípero, fueron designados para continuar la labor espiritual.
El grupo de franciscanos salió de Ciudad de México el 14 de julio de 1767, dirigiéndose al puerto de San Blas para embarcarse hacia la península de Baja California. Arribaron a Loreto, sede de la Misión de Nuestra Señora de Loreto, considerada la «madre» de las misiones de Alta y Baja California.
Motivados por el deseo de evangelizar a la población indígena de Alta California, los misioneros continuaron su exploración. El 3 de julio de 1771, erigieron la Misión de San Carlos Borromeo. Ese mismo mes, establecieron la Misión de San Antonio de Padua, y en agosto, la de San Gabriel, ubicada en la actual área metropolitana de Los Ángeles. El 1 de septiembre de 1772, se fundó la Misión de San Luis, Obispo de Tolosa. La Misión de San Francisco de Asís, otra fundación franciscana, dio origen a la actual ciudad de San Francisco.
Los misioneros no solo catequizaban a los indígenas, sino que también les enseñaban nociones de agricultura, ganadería y albañilería, les proporcionaban semillas y animales, y los asesoraban en el trabajo de la tierra.
Junípero Serra falleció el 28 de agosto de 1784 en la Misión de San Carlos Borromeo (Monterrey, California), donde reposan sus restos.
Aciprensa.