Panarello intentó apelar en 2018, buscando culpar nuevamente a su suegro, pero su solicitud fue rechazada.
La trágica muerte de Lorys Stival, un niño de 8 años, ha conmocionado a Italia tras una década de investigación. Su madre, Verónica Panarello, fue declarada culpable y sentenciada a 30 años de prisión por el brutal crimen.
El caso inició el 29 de noviembre de 2014, cuando Panarello denunció la desaparición de su hijo, asegurando que lo había dejado en la escuela. Sin embargo, las cámaras de seguridad y los testimonios desmintieron su versión. Horas después, el cuerpo del niño fue hallado en una zona rural con marcas de violencia, lo que llevó a las autoridades a sospechar de la madre.
Impactantes Revelaciones y Contradicciones
Panarello fue detenida el 9 de diciembre de 2014. A lo largo del proceso judicial, cambió su versión de los hechos en varias ocasiones. En una de sus declaraciones, afirmó que su hijo los sorprendió a ella y a su suegro, Andrea Stival, durante un encuentro íntimo. Según su testimonio, esto desencadenó una discusión que culminó con la muerte del niño.
A pesar de sus acusaciones, el tribunal desestimó su versión por falta de pruebas y la consideró la única responsable del asesinato. En 2016, fue sentenciada a 30 años de prisión y a pagar indemnizaciones a su esposo y a sus suegros. Panarello intentó apelar en 2018, buscando culpar nuevamente a su suegro, pero su solicitud fue rechazada.
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