La carrera de monseñor Edgar Peña es un testimonio del importante papel que los venezolanos han desempeñado en la diplomacia y la estructura de la Iglesia Católica a nivel mundial.
Venezuela ha sido cuna de importantes figuras eclesiásticas, y entre ellas destaca monseñor Edgar Peña, el primer nuncio venezolano en ocupar un puesto de tan alta jerarquía en el Vaticano. Su trayectoria lo ha llevado a convertirse en Sustituto de la Secretaría de Estado, el tercer cargo más relevante en la jerarquía de la Santa Sede.
De Maracaibo a la diplomacia vaticana
Nacido en el barrio El Saladillo de Maracaibo, monseñor Peña forjó su fe en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde sirvió como acólito desde temprana edad. Fue el monseñor Roberto Luckert León quien lo guió hacia el sacerdocio.
Con una licenciatura en Derecho Canónico, ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1993. Su carrera lo ha llevado a servir en diversas representaciones pontificias alrededor del mundo, incluyendo Kenia, Yugoslavia, Sudáfrica, Honduras y México. También fue nuncio apostólico en Pakistán y Mozambique.
Un puesto clave en la curia romana
En 2011, fue ordenado arzobispo, y posteriormente, el papa Francisco lo nombró Sustituto de Asuntos Generales en la Secretaría de Estado. Actualmente, mantiene sus funciones bajo el papado de León XIV.
Desde este cargo, monseñor Peña desempeña responsabilidades cruciales para la Iglesia universal:
Gestiona el servicio diario del Papa.
Coordina los dicasterios (los ministerios del Vaticano).
Supervisa los documentos papales y las comunicaciones oficiales.
Administra el Anillo del Pescador y el sello de plomo.
Organiza los viajes apostólicos del Pontífice.
Coordina las relaciones con las embajadas ante la Santa Sede.
La carrera de monseñor Edgar Peña es un testimonio del importante papel que los venezolanos han desempeñado en la diplomacia y la estructura de la Iglesia Católica a nivel mundial.
Con Información de NAD.