La fiesta de Santa Teresita inaugura el mes de octubre, tradicionalmente dedicado al Mes Misionero, y es un recordatorio de que la santidad se encuentra en la fidelidad a las pequeñas cosas de cada día.
La Iglesia Católica celebra hoy la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz (1873-1897), una de las figuras espirituales más influyentes del siglo XX. Esta religiosa carmelita descalza, que vivió sus breves 24 años en la estricta clausura de un monasterio en Lisieux (Francia), es la Patrona Universal de las Misiones y ostenta el prestigioso título de Doctora de la Iglesia desde 1997.
La vida de Santa Teresita, marcada por la dificultad y la enfermedad, fue un testimonio de una confianza y fe inquebrantables en Dios. Su legado se centra en el «Camino de la Infancia Espiritual», una senda de sencillez y abandono total en el amor misericordioso de Cristo.
«Quiero Pasar mi Cielo Haciendo el Bien en la Tierra”
La frase que encapsula la misión de Teresita y la belleza de su alma es: «Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra».
Aunque vivió en el encierro del Carmelo, su deseo ardiente de servir se proyectó hacia el mundo entero. Para ella, la oración y el amor eran el motor de la acción misionera. La santa comprendió que la oración es la ayuda más importante y esencial para la Iglesia, transformando su aparente aislamiento en una conexión universal para el servicio a las almas.
En sus propios escritos, Teresita expresó: «Siento que pronto va a empezar mi misión de hacer amar a Dios como yo le amo, y de enseñar a muchos el camino espiritual de la sencillez y de la infancia espiritual. El deseo que le he expresado al buen Dios es el de pasar mi cielo haciendo el bien sobre la tierra, hasta el fin del mundo».
La «Ciencia del Amor» y la Doctora más Joven
Teresa de Lisieux, cuyo nombre de pila era María Francisca Teresa Martin, murió a los 24 años a causa de la tuberculosis, casi en el anonimato. Sin embargo, su testimonio, recogido en su autobiografía «Historia de un alma», se convirtió en un bestseller espiritual mundial tras su publicación póstuma.
El Papa Benedicto XVI la definió como una «experta en la scientia amoris» (conocimiento del amor), y San Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia en 1997, señalando:
«Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es la más joven de los ‘Doctores de la Iglesia’, pero su ardiente itinerario espiritual manifiesta tal madurez, y las intuiciones de fe expresadas en sus escritos son tan vastas y profundas, que le merecen un lugar entre los grandes maestros del espíritu».
La fiesta de Santa Teresita inaugura el mes de octubre, tradicionalmente dedicado al Mes Misionero, y es un recordatorio de que la santidad se encuentra en la fidelidad a las pequeñas cosas de cada día.
Con Informacion de Aciprensa.