¡La herencia que sabe a hogar! ¿Alguna vez has sentido el eco de un continente en el sabor de un guiso familiar?
En Venezuela, la resonancia de España se siente en el alma. Va más allá de nuestros apellidos, esas historias de linaje que llevamos con nosotros. Se saborea en cada rincón de nuestras cocinas, en esos platos que cruzaron el mar y se hicieron nuestros. Somos una mezcla de culturas, ¡claro que sí!, pero la huella española está ahí, en el dulce abrazo de un arroz con leche o en las reuniones familiares donde la comida es el centro. Una herencia viva que sabe a hogar, a tradición compartida.

¡De Asturias y el País Vasco a Maracaibo, el itinerario de un sabor profundo!

El camino de nuestro protagonista, Claudio Martínez (Chef), comenzó en las cocinas del norte de España. Entre fogones vascos y asturianos, entendió que el corazón de la cocina que amaba latía en España. «Aprendimos de otros, pero respirábamos sabor español», dice con una sonrisa que evoca el mar y la buena comida que celebra su herencia culinaria. Cada plato era un recuerdo de su tierra, una promesa de sabores por redescubrir.
El legado de dos abuelas: donde la sangre española y el amor por la cocina se unieron

La chispa original, como suele suceder, provino del hogar. Dos abuelas, dos legados. Una, de raíces españolas profundas. La otra, materna, el epicentro de las celebraciones familiares donde la comida era el lenguaje del amor. Fue en esos diciembres venezolanos, repletos de aromas y sabores compartidos, donde la vocación germinó. Luego, la cocina para amigos, el ritual de compartir la propia alquimia culinaria. Y el reencuentro con la sangre paterna en España fue el catalizador: «Estando allí, esa sangre española se fundió dentro de mí, haciendo salir ese interior gastronómico que llevaba desde muy pequeño. Estaba en el país correcto para estudiarlo profesionalmente».
Un proyecto con sabor a ausencia y a futuro brillante…

La visión de un restaurante en Maracaibo llamado «Puerta del Sol», la tierra natal compartida, era un sueño tejido a dos manos, un proyecto truncado por la ausencia de una mujer que fue inspiración y amor. «Era nuestro objetivo en común, encaminado, y era lo que obviamente habíamos concretado en su momento». En cada plato que hoy sale de su cocina, hay un eco de ese sueño compartido, una promesa cumplida en cada bocado.
«La Paella»: Un lienzo de historia y sabor montañés

La paella, ese recipiente donde se cocina el arroz, icono mundial, es mucho más que mariscos. Es una narración de pastores en la montaña, cocinando con lo que la tierra les ofrecía: conejo, garrofón, incluso caracoles. Una cocina de supervivencia convertida en emblema. «Históricamente hablando, se genera o se origina de acuerdo a situaciones que vivieron nuestros ancestros y que obviamente hoy en día se mantienen, ya son platos emblemáticos».
El diálogo inevitable, la fusión silenciosa en nuestros platos: ¿Cómo ha influido España en la mesa venezolana?
La respuesta es un abrazo culinario que se ha dado durante siglos. «Yo creo que es una de las culturas que más influencia tiene a nivel gastronómico y a nivel social también». Compartimos la forma de comer, la calidez en la mesa. Y la ironía deliciosa: la tortilla de patata, un plato tan español, nace de un ingrediente americano. Un intercambio de sabores que enriqueció a ambos lados del Atlántico.
¡Éxtasis en Rojo! La obsesión por el Carabinero

Para nuestro chef, hay un crustáceo que reina supremo: el carabinero. «El primo hermano rico del langostino… el tope de gama». Una explosión de sabor marino, especialmente en su cabeza, un manjar indescriptible. La búsqueda de la frescura en las rulas de Gijón, la liturgia de elegir la pieza perfecta, es parte de la experiencia, del ritual de saborear uno de sus platos españoles favoritos.
¡Adaptación con alma local: El Solomillo que sabe a libertad!

La influencia no significa copia. En su carta, los clásicos españoles se visten con el alma venezolana. El solomillo de carne de vacuno, de animales criados en libertad, alimentados con pasto, adquiere una nueva dimensión. «Al final, todos los animales saben a lo que comen, y nuestras ganaderías tienen un alto nivel de calidad». Un guiño a la tierra, un maridaje de técnicas ancestrales con la riqueza de los productos locales.
El secreto del «Paleo»: Un Arroz con Leche que abraza la tradición

Incluso un postre tan familiar como el arroz con leche revela matices regionales. La paciencia asturiana, el «paleo» manual y lento del arroz, contrasta con las versiones venezolanas. Una danza de técnicas que enriquece un postre compartido.
La Tortilla Española, la tradición que nunca pasa de moda

En un mundo de constante cambio, la cocina tradicional es un pilar. La tortilla española, sencilla pero deliciosa, ha pasado de generación en generación sin perder su esencia. Aunque se popularizó su creación durante una guerra en el siglo XIX buscando comida fácil, su origen es aún más antiguo, remontándose al siglo XVIII en Extremadura. Incluso antes, ya se preparaban tortillas de patatas, lo que demuestra que este plato humilde tiene una larga historia llena de sabor.
Maracaibo con sabor a España: Un vacío lleno de pasión local

La propuesta del nuevo restaurante es clara: traer la autenticidad de la cocina española a Maracaibo, utilizando los tesoros locales. La aceptación ha sido abrumadora. «Nuestra clientela sale muy satisfecha con la carta que tenemos, y básicamente es una carta muy simple en la cual queremos adaptar estos platos con productos nuestros locales». Vino zuliano, mieles aromáticas, pescado salvaje del estado Falcón, frutas y hortalizas ecológicas del estado Mérida, son sin duda, un homenaje a Venezuela, la despensa con acento español.
«En ‘Puerta del Sol’ nuestros productos son locales y totalmente ecológicos, y en el caso del pescado y el marisco es totalmente salvaje y viene de nuestros mares».

Más allá del plato, la cocina trasciende, marcando la identidad de un lugar y uniendo a las familias. «La familia para mí es el núcleo de la sociedad». La ambición es clara: posicionarse en la cima de la gastronomía venezolana, uniendo fuerzas para que la excelencia sea un hecho.
Un futuro de fusión con nuevas técnicas y respeto por la tradición: el horizonte es prometedor. La multiculturalidad venezolana es una ventaja, una plataforma para fusionar sabores de distintos continentes. «Venimos con sabores de distintos continentes y se fusionan aquí con platos muy tradicionales que de generación en generación han ido evolucionando». La meta final: llevar esta propuesta única al mercado internacional, ofreciendo una experiencia gastronómica de alto nivel con raíces profundas y una visión innovadora.

¿Y nuestro protagonista cómo se ve?
El Chef Martínez se muestra como un hombre visionario, decidido a cambiar la carta local. Vestido con su filipina blanca y pantalón de cuadros en degradé de azules. En su rostro se detallan los ambientes recorridos, seriedad suspensiva, y al hablar un dialecto culto y experimentado, su voz resuena lenta pero segura. Sus ojos proyectan futuro y dinamismo en expresión, también relatan historias que aún faltan por contar. Su herramienta principal: las manos, evocan el sentido de su oficio cuando toma el cuchillo; se observa el desgaste de lavarlas y la expresividad al dialogar.

La gastronomía española es, sin duda, el complemento perfecto que le faltaba a la ciudad de Maracaibo. Al entrar en el restaurante «Puerta del Sol», te sientes en el alma de España, donde los recuerdos y tradiciones se complementan con la experiencia sensorial y musical del jaleo y las castañuelas. Al sentarte en una de sus mesas, puedes respirar la producción de sabores que sobresalen en el ambiente, con aromas a delicias del mar, mientras disfrutas de una copa de vino blanco.

Experiencia completa y calidad. Un bocado de España, con el corazón en Venezuela. ¿Se te antoja?

Johsué Morales
CNP: 24.302
Fotografía: Johsué Morales / Luis Molero/ Cortesía de Claudio Martinez