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El Vaticano se blinda ante la multitud en vísperas del Cónclave

La presencia reforzada de las fuerzas del orden era palpable en cada rincón de los alrededores del Vaticano.

Una atmósfera de expectación solemne envolvía la Plaza de San Pedro este domingo por la mañana, mientras una multitud silenciosa de fieles y turistas se congregaba en vísperas del cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica. Bajo un cielo nublado, la imponente columnata de Bernini enmarcaba a peregrinos con mochilas, mujeres con rosarios y familias enteras que compartían susurros, presagiando el trascendental evento que se avecina.

La presencia reforzada de las fuerzas del orden era palpable en cada rincón de los alrededores del Vaticano. Soldados del ejército italiano, carabinieri con semblante sereno y policías patrullando marcaban un perímetro de seguridad discreto pero evidente. Los icónicos guardias suizos permanecían inmutables junto a los muros de la Basílica, custodios silenciosos de un secreto que aún no se revela.

«Muy bien, muy bien, tranquilo todo», comentó Liliana Marek, residente entre Roma e Israel, confiando en la inteligencia de las medidas de seguridad implementadas. Su sentir era compartido por muchos de los visitantes, cuyas conversaciones en diversos idiomas europeos se mezclaban en el ambiente. Etienne Cadiou, un turista llegado desde Brest, destacaba la sensación de seguridad que envolvía a quienes visitaban la zona. «Se puede caminar por la noche sin miedo», aseguró, señalando la discreta pero efectiva vigilancia.

En este preludio al cónclave, el Vaticano se blinda para recibir a la multitud que colma la Plaza de San Pedro, reflejando la trascendencia del momento para la Iglesia Católica y el mundo. La ciudad estado se convierte en el epicentro de la atención global, a la espera del anuncio que definirá el futuro de millones de fieles.

La Patilla- Relámpago Zuliano.