Mujica también se destacó por su postura laica y su impulso a leyes progresistas como la legalización del aborto y el matrimonio igualitario.
El mundo lamenta la pérdida de José Mujica, expresidente uruguayo, conocido por su austera vida y su profunda influencia en la izquierda latinoamericana. A los 89 años, Mujica falleció tras una lucha contra el cáncer de esófago, enfermedad que se había extendido a su hígado.
A principios de 2025, Mujica había revelado la gravedad de su estado, afirmando: «Hasta acá llegué». Su esposa, Lucía Topolansky, y el presidente Yamandú Orsi, confirmaron su estado terminal.
Mujica, conocido popularmente como «El Pepe», tuvo una trayectoria política singular. Desde su participación en la guerrilla de los Tupamaros en los años 70, que le costó 12 años de prisión, hasta su elección democrática como presidente, su vida estuvo marcada por la coherencia y la humildad.
Durante su presidencia, Mujica rechazó la residencia oficial y continuó viviendo en su modesta casa, junto a su esposa. Su estilo de vida sencillo y su rechazo a los privilegios del poder le valieron el apodo de «el presidente más pobre del mundo». «No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje. Me gusta vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad», solía decir.
Mujica también se destacó por su postura laica y su impulso a leyes progresistas como la legalización del aborto y el matrimonio igualitario. Además, sorprendió al mundo al convertir a Uruguay en el primer país en legalizar la producción, venta y consumo de marihuana.
Su vida y su legado inspiraron al cineasta Emir Kusturica a realizar el documental «El Pepe: una vida suprema».
Su militancia en la izquierda comenzó en su adolescencia, pasando por el Partido Nacional, la Unión Popular y finalmente los Tupamaros, donde luchó activamente contra los regímenes militares. Su trayectoria política también se vio marcada por el fraude electoral de 1971, que precedió al golpe de estado de 1973.
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