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No entender el Apocalipsis es «perderse el último capítulo de una serie de Netflix», advierte experto

Al inicio del último libro de la Biblia, se señala: «Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y guardan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca».

El P. Valentín Aparicio, vicerrector del Seminario Mayor de la Archidiócesis de Toledo y experto en Arqueología bíblica, ha comparado la incomprensión del libro del Apocalipsis con «perderse el último capítulo de una serie de Netflix». El P. Aparicio, conocido como @curadetoledo en redes sociales, ha publicado recientemente su obra «Manual de supervivencia para los últimos tiempos. Descodificando el apocalipsis», que en poco más de dos meses ya alcanza su cuarta edición.

Durante una presentación en Madrid, el P. Valentín congregó a decenas de personas. Acompañado por las influencers católicas Ana y Casilda Finat, el sacerdote planteó a los asistentes: «¿Qué pensaríais de una persona que ha visto toda una temporada de Netflix, de esas largas, y solo le queda por ver el último capítulo?». Explicó que, sin entender ese último episodio, que es el Apocalipsis, los cristianos nos quedamos «sin colocarle a la Biblia el culmen».

Desentrañando el simbolismo del Apocalipsis

En conversación con ACI Prensa, el P. Valentín detalló que la dificultad para comprender el Apocalipsis radica en su estilo: «Mientras que nuestra mentalidad occidental es más bien analítica, la mentalidad oriental semita en la que fue escrito por San Juan utiliza mucho los colores, las localizaciones geográficas, los números, todo un universo simbólico que nosotros, por vivir una cultura muy pragmática, hemos perdido».

Por ello, su libro busca ayudar a descifrar este último capítulo. Además, el P. Aparicio aborda la errónea asociación del Apocalipsis con catástrofes. «Apocalipsis, literalmente en griego, significa revelación», precisó. «Es decir, mi capacidad de conocimiento natural tiene un límite y entonces Dios me revela algo para comprender la historia. ¿Por qué? Porque el sentido de la historia y el sentido del mal y cómo actúa el demonio, todo eso está más allá, muchas veces, de mi capacidad para razonar. Y entonces Dios me lo revela».

Advertencias, esperanza y signos de los tiempos

Más allá de su dimensión reveladora, que no debe generar miedo, el Apocalipsis contiene importantes advertencias. El autor explica que el libro nos dice que «nos tenemos que preparar», no necesariamente para el fin del mundo —»porque eso nadie sabe cuándo va a suceder»—, sino al menos para la muerte de cada uno.

El P. Aparicio enfatiza que para San Juan, lo verdaderamente dramático no es la muerte biológica, sino «la muerte segunda, que es la condenación eterna». Esta preparación se concreta, por ejemplo, en las cartas a las siete iglesias, que funcionan como «un examen de conciencia».

Sin embargo, el sacerdote subraya que el Apocalipsis es un texto de esperanza: «Ánimo, no te dejes agobiar por el mal, porque por mucho que vemos que el mal triunfa en la historia, acampa a sus anchas, y que la iglesia es como una institución frágil y cada vez más perseguida, el mal caerá, el mal se hundirá, el mal no va a vencer nunca».

Al inicio del último libro de la Biblia, se señala: «Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y guardan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca». No obstante, el P. Aparicio apunta que el Señor «no nos dio una especie de timing sobre el fin del tiempo», pero sí «dejó claro una serie de signos» en el Evangelio, ya que «un 25% de la predicación de Jesús es apocalíptica, hablando del fin del mundo».

Entre los signos, el P. Aparicio menciona que «antes del fin tendría que venir una apostasía universal, es decir, que naciones anteriormente cristianas prácticamente renegasen de la fe, como si el mundo le diera la espalda a Dios». También se predica sobre la aparición de una ideología «que diviniza al hombre expulsando a Dios», algo que «vemos constantemente en nuestra sociedad». Añade que «el hombre, nuestra sociedad del bienestar, se convierte en objeto de culto, y esto dice San Juan que también es otro signo del fin de los tiempos».

La promesa del anticristo y el combate espiritual

Ante la pregunta de si realmente estamos cerca del fin de los tiempos, o si solo lo parece al ver la «bestia de la política corrompida y el profeta de la falsa religión» descritos en el Apocalipsis, el P. Aparicio responde que esa realidad «siempre ha estado, pero al nivel al que hoy día lo vivimos, no tanto».

Estas figuras responden a «una catequesis muy profunda acerca de cómo actúa el mal, cómo actúa el demonio, que es un envidioso total, e intenta reproducir el plan de Dios, dándole la vuelta». Explica que «si Dios es Trinidad, el dragón va acompañado de dos bestias, formando una especie de trinidad satánica». La «bestia que sale del mar» representa «el poder político corrompido y que se opone a Dios, que busca idolatrar al hombre, idolatrar la política y renegar de Dios». A esto se suma la religión corrompida, como la New Age, que busca «que el hombre se redima por sí mismo».

«Todos los esfuerzos de la filosofía y de los programas políticos de educación de los dos últimos siglos de la Ilustración en adelante, es decirle al hombre, tú, a través de la educación, de la ciencia, de la tecnología y del progreso, que se transforma en un dogma religioso, te salvas a ti mismo. Pero todo eso es la promesa del anticristo en el Apocalipsis», describe el sacerdote.

Al final de su libro, el P. Valentín reflexiona sobre las estrategias que el Apocalipsis ofrece para afrontar el combate espiritual. «San Juan lo que busca en el Apocalipsis es que cuidemos de nuestra alma y de nuestra propia salud espiritual», explica, lamentando que «muchos cristianos están obsesionados por descodificar quién será, quién no será la bestia, le ponemos nombre y apellidos al anticristo, cuando en realidad en el Apocalipsis de lo que se trata es de la conversión, del cambio de vida, de volver al amor primero, de superar toda acedia y de toda tibieza espiritual, de amar a Jesucristo con un corazón encendido».

El P. Aparicio concluye que «todo el Apocalipsis es una catequesis sobre la Misa y el valor de los sacramentos, que es lo que salva: de agarrarnos a Dios, de volver a él. En el fondo es una catequesis sobre la confianza. Y donde hay amor y hay confianza, no existe el temor».

ACIPRENSA.